En este extraño periodo de inactividad, sin un minuto libre, por el que estoy pasando, una de mis últimas lecturas ha sido “Los siete mensajeros” de Dino Buzzati. Como muchos otros libros, estaba en la estantería, esperando su turno, hasta hace no mucho.
La obra, compuesta de relatos cortos, es sin embargo amplia, en el sentido que no necesita más palabras para contarte nada. Es perfecto. De qué manera tan maravillosa coge un elemento cotidiano y lo convierte en una inquietante, y en ocasiones, pesimista historia.
21 relatos, que aunque desiguales en su calidad, no dejan de ser, en su mayoría, autenticas joyas llenas de simbolismo y metáforas, no siempre perceptibles.
El relato que abre la obra y que le da nombre, es una pequeña obra de arte. Los 7 mensajeros, cuyo objetivo es traer noticias a un hombre cuyo único objetivo es alejarse más de su hogar, en un viaje sin retorno y en una búsqueda sin final, porque ese reino que pretende explorar no parece tener fronteras. Mensajeros, que entran en el cumplimiento de unos plazos calculados matemáticamente, convirtiendo las noticias de nombres sin rostro en lejano pasado y al receptor de los mensajes, el príncipe, en un extraño, que a través de los mensajes trata, en vano, de aferrarse a un pasado, pero sin querer volver a él, mostrando un poco, lo absurdo de la vida.
En “Siete plantas”, nos muestra un desasosegante viaje por la vida en la forma de un hospital de 7 plantas. “La matanza del dragón” nos deja un en parte amargo, reflejo de la crueldad porque sí, en la caza de un inofensivo dragón.
En “Una gota” encontramos el terror inconsciente del hombre hacia lo que no ve... “Noticias falsas”, “El colombre”, “El hundimiento del Baliverna”, “Los bultos del jardín”... Y así, hasta completar una serie de pequeños y deliciosos relatos, dejando pie a la reflexión en todos y cada uno de ellos.
Quien espere una lectura con finales que dan solución a la historia principal, no lo va a encontrar tan fácil, porque Buzzati no da esa respuesta al relato, sin embargo, lo deja en tus manos de lector descifrar todo ese bellísimo simbolismo de su escritura, y eso, es lo que en parte, lo ha hecho aún más bello y grandioso. Sin duda, un agradable descubrimiento en este primer contacto con Dino Buzzati.