jueves, 29 de octubre de 2009

¡¡hasta en las pestañas!!!

Y así es... hoy, después de casi 4 meses sin correr a causa de un incidente con el coche... he vuelto a ello... sí sí... he ido poco a poco, lo prometo... llevo tiempo andando, alternando correr y andar (como mandan los entrenamientos de novato)... y sé que aún no debería haber hecho lo que he hecho hoy... pero no he podido evitarlo...
Me he puesto... y 50 minutos después, he parado... a ritmo constante, muy relajado, y controlando que los impactos no me hicieran daño y me hagan recaer en otro parón deportivo...

y hoy, hoy ... soy uno de los seres más felices de la tierra...

eso si, mañana... voy a tener agujetas...¡¡ hasta en las pestañas!!!

lunes, 26 de octubre de 2009

II.

Y es sólo que el mundo a veces va en contra...

... o es sólo un reflejo inesperado

viernes, 17 de abril de 2009

I.

Y es que a pesar de todo, nada nos espera. Tan sólo la parte perdida de nosotros mismos, de nuestra esencia.
Esto es tan sólo la sombra de mi inerte emoción tras tus huellas...
... y mis pasos se pierden en la bruma de mis pensamientos...
del sinsentido de la vida que siempre termina en nada...

lunes, 30 de marzo de 2009

de vuelta

Al principio me parecía que seis meses eran una eternidad... y ahora, veo que el tiempo cada vez es más corto...
Hace algo más de seis meses de mi última entrada, contando que me iba a Hamburgo... a cambiar de aires y a ver qué había por allí... yo, como siempre, actuando a impulsos irracionales.
Pensaba antes de irme, que quizás era demasiado tiempo. Que volvería antes.
La realidad ha sido otra.

Lo cierto es que me llevaba ideas en el bolso. Pero las ideas, las puedes dejar en cualquier aeropuerto... o en cualquier parada de metro... o en cualquier esquina.
Una vez en Hamburgo, mis pasos me han llevado a cosas buenas, a cosas muy buenas, pero también a algunas... que no estoy dispuesta a recordar.
La ciudad me ha mostrado muchas caras, y no todas amables.
Pero sí me ha dejado conocer a gente, que ha hecho que me costara volver a casa. Gente a la que llevo allá dónde voy. Que me hacen pensar que lo malo, a veces, tiene una cara que sonríe. Una cara humana. La vuestra.

Ahora, después de estar unos días por casa de nuevo, pienso en esos meses allí, y lo mejor que recuerdo, sois vosotros.

Lo queráis o no, habéis entrado en mi pequeño rincón de mi mundo.

Lo dicho. He vuelto.