domingo, 14 de octubre de 2007

Pasos en la tormenta...

Echando la mirada atrás, a veces piensas que has sido un imbécil, que te has equivocado de camino, y que, tal como vas, no te va a salir nada bien. Y es posible que así ocurra. Pero nada está predeterminado. Lo predeterminas tu mismo un segundo antes de que ocurra.

Y un segundo después, te arrepientes de las consecuencias. O no. Porque el resultado si es imprevisible. No existen fórmulas matemáticas ni físicas para la vida propia y para las relaciones humanas. Y al final, el resultado es algo que te puede oprimir, aunque no necesariamente molestar.

Todos tomamos decisiones, elegimos una determinada actitud para con nosotros mismos y para con los demás, y a veces, de forma involuntaria, se nos hace la solución que buscábamos. Se convierte en lo que queremos que sea: nosotros mismos.

Es la ley de un descubrimiento. La casualidad. La casualidad buscada.

Será la inquietud de este momento, que por ello no lamento nada, pero me agota el vacío que me rodea, y me ahoga. Pero tan solo es otra ventana de una vida, de un pedazo de existencia, la que al tropezar, se arrastra un poco, y después, se levanta, magullado o herido.

Son los momentos en los que no sabemos lo que somos, cuando surgen nuestras flaquezas. Las debilidades humanas. Las que nos dañan al rozar con la brisa de cada mañana. De las que nos empecinamos en que estén ahí, porque en el fondo nos son necesarias.

Y es ahí, donde a veces, nos encontramos con lo que más queremos sin quererlo. Donde vemos el dibujo de los demás sin la piel que les hemos puesto. Donde sin buscarlo, encontramos la sonrisa que es tu propia sonrisa. Y pensamos, que después de todo, lo que importa, realmente está siempre ahí.

3 comentarios:

Qon dijo...

La sensación de estar dando palos de ciego es en ocasiones inevitable.
A estas alturas intento saber "que quiero". No "lo que quiero" como objetivo ulterior, porque ahora mismo es complicado, pero al menos tener claro que cosas quiero y cuales no en mi vida.
Al final es como tu dices, lo importante es seguir aquí; mientras sigamos aquí tendremos mas oportunidades; de ser fuertes y tomar las decisiones apropiadas, o de esperar que por una vez las cosas salgan bien por si solas, por "casualidad".
Cuanto mas tiempo continuemos caminando bajo la tormenta mas oportunidades surgirán. Cuando no sabemos donde vamos es mejor reunir fuerzas para agarrar esas oportunidades cuando aparezcan.
Un besote guapa.

Anónimo dijo...

Al leerte vino a mi mente esta frase: la vida es aquello que nos sucede mientras nosotros nos empeñamos en hacer otros planes.
Ese día a día, esos pequeños momentos que cruzan por la vida como un ascensor, eso es lo realmente importante, es la materia de la que está hecha la vida.
Siempre estamos a medio hacer, la vida nos curte en su día a día preparándonos para el inexorable final.
Estoy contigo Qon, hay que coger las oportunidades, pues estamos de paso y rara vez pasa el tren 2 veces en nuestra estación.

Anónimo dijo...

Somos producto, a partes iguales, de nuestras decisiones y de la casualidad. Como bien dices, no existe la predestinación, cada cual escribe su historia, vapuleado ocasionalmente por el azar. Mira atrás en un eterno "si yo hubiera..." forma parte de todos nosotros. Cada bifurcación del camino nos obliga a decidir y en la mayoría de las ocasiones un tramo pedregoso u oscuro nos hace preguntarnos porque no seguimos por el otro lado... Pero la tormenta se apacigua.