jueves, 29 de noviembre de 2007

El país de las últimas cosas, de Paul Auster



He leído hace poco, por fín, “El país de las últimas cosas” de Paul Auster. No sé muy bien porqué, cuando termino un libro de Auster siempre tengo la misma sensación. ¿Por qué no lo habré leído antes?

Y una vez más, la sensación se repite. Me parece un libro tristemente adorable. Una historia de la miseria, contado por una luchadora. Perseguir algo por entre las ruinas de uno mismo. Increíble. Una historia que nos muestra como se puede vivir, o mejor sobrevivir, agarrado a una esperanza, en un lugar que cambia por instantes, en un lugar que se extingue y que desaparece en el silencio por momentos, que ya no funciona. Una ciudad que ha creado una sociedad nueva de manera natural. Y tu sigues allí. Y ella sigue allí.

Anna Blume, la narradora de esta carta nos cuenta con claridad como está sobreviviendo en una ciudad sin nombre, en una ciudad casi fantasma que comienza a extinguirse. Esta carta, está dirigida a alguien importante que ha dejado atrás, a quien quiere, y lo abandona solo por buscar a su hermano, que fue a esa ciudad sin nombre como corresponsal de guerra, para no volver a saber de él más.

La novela desde mi punto de vista tiene una estructuración definida. La primera parte es impresionante. En ella nos cuenta cómo es esa sociedad a la que llega, una sociedad en la que “no debes acostumbrarte “, “no debes tener hábitos”.

Éstas son las últimas cosas. Desaparecen una a una y no vuelven nunca más. [...]

Hace una radiografía de todas esas sociedades dentro de la misma sociedad. Aquellos que agotan su vida, clínicas de eutanasia, corredores que corren hasta morir exhaustos, aquellos que tratan de no ver lo que es la realidad... Un montón de creencias sin sentido. Sus comienzos trabajando de “trapera”, recogiendo cosas que se puedan vender, para asi subsistir. Y llega un invierno frio...

La siguiente fase de la novela empieza justo en este invierno frío, cuando Anna es recogida por otra anciana trapera y se va a vivir con ella y su marido. Mientras que ellas consiguen dinero, él se niega a salir de casa, y sólo hace barquitos dentro de botellas, hasta que éste decide violarla...

Da paso a la siguiente fase, cuando Anna vuelve en busca de su hermano y llega hasta la Biblioteca Nacional y encuentra a otro periodista de su país, que fue en busca del hermano de Anna primero y vive con él.

La última fase es cuando Anna comienza a vivir en un hospital, que se muestra como el último refugio de una sociedad que ya apenas existe.

Sólo somos conscientes de lo que teníamos cuando lo perdemos ; tan pronto como lo recuperamos, dejamos de apreciarlo nuevamente.

Y es que Auster consigue crear una sociedad alternativa factible llena de miseria, en la que tienes que adaptarte rápidamente a tu entorno. Como puede ocurrir después de una guerra... sólo que sin ella.

Y es que, sin duda me ha parecido una grandiosa novela, de las que te dejan ese regusto y sensación de extraña maravilla.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Por circunstancias azarosas e inexplicables, todavía sigo sin leer ningún libro de Auster, autor del que todos hablan maravillas. Espero remediarlo pronto, y quizá ésta novela sea un buen modo de comenzar.

Peter Sinclair dijo...

Me pasa lo mismo que a clau. Con el agravante de que he pedido recomendaciones suyas varias veces (a Tyla, por ejemplo) pero no sé por qué, al final todavía ni he comprado ni he cogido en la biblioteca ningún libro suyo. A ver si este año que empieza en breve lo remedio de una vez.

Anónimo dijo...

yo ya conozco al autor, así que como mi economía es precaria a ver si para navidades me haces un préstamo usufructuario del librito XD si no es mucho pedir, ya sabes lo mal que a la biblioteca pública

padawan dijo...

he leído muy poco de Auster, aunque lo voy leyendo muy lentamente... aunque cada vez que voy a la biblioteca acabo sacando alguna otra cosa...

Maldita Pila!

agnes dijo...

yo tardé en leerlo, y he leído poco, pero aún así, os lo recomiento sin dudarlo :D

saludetes a tos ;)

Boca dijo...

Tuve la suerte de descubrir a Paul Auster recomendado por un amigo hace muy poco, aunque no soy un asiduo lector de novelas sí lo soy de novelas gráficas, y leyendo a Paul Auster en "Ciudad de Cristal" creo que repetiré más con este autor.
Una Gran Obra.

¡Saludos!

Anónimo dijo...

A mí me encanta Auster. Leo todo lo que cae en mis manos siempre que puedo. Ahora lo que quiero conseguir son los poemas.
Muchos besos